QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO I
32 Juan Carlos Bataller Hay gente que se puede sentir molesta, gente que lo oculta toda la vida y gente que quiere aclarar bien para que todos sepan. —Exacto, creo que ahora hay algunos cambios. Cuando en un princi- pio se estigmatizaba demasiado, ahora es como una moda, tampoco eso es bueno. No deja de ser disforia de género, no deja de ser un con- flicto de la personalidad, no es una fiesta. —¿Vendría a ser una cuestión patológica? —Sí, no se le podría llamar enfermedad mental pero si es un conflicto de la personalidad. No es decir “ahora vamos a hacer todo lo que queramos”. Por ejemplo, la ley de identidad de género está mal. Tiene que haber un profesional que diagnostique, porque sino cualquiera puede ir y realizarse el cambio. Creo que debe existir un cierto orden desde el punto de vista clínico, sino la gente cambia de idea, “me voy a hacer mujer para que me den un trabajo o cobrar cualquier programa”. Tengo muchos que me van a querer matar por pensar así, pero creo que en esta situación así se presta para la chantada. —¿Cómo se presenta la disforia? ¿Es una cuestión sexual? —No, no es una cuestión de identidad sexual, es otra cosa. —¿Cuándo empezaste a notar cambios en vos, la atracción la tenías hacia un varoncito o una nena? —No, en esa época no pensaba. Quería cambiar el cuerpo, la forma, pero no había sexualidad. Surge con la identidad, no con el deseo se- xual. — Cuando empezás a asumirlo, me imagino que en tu propia fami- lia hubo alguna reacción. ¿A partir de ahí como fue tu vida? —A mi mamá no le gustaba nada y tardó mucho en aceptarlo. En cambio mi abuela no tuvo ningún problema, cosa curiosa, porque suele ser al revés, se piensa que la gente adulta mayor suele poner más límites a ese tipo de cosas. — Desde la primera vez que te llevamos al programa “La Ventana” me causaste impresión porque sos una persona con una cultura muy amplia. Sin prejuicios para abordar temas que son muy difí-
RkJQdWJsaXNoZXIy NzQxMjQ=