QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO I

194 Juan Carlos Bataller —Fue un robo, catalogado por todo el mundo así. Recibí cartas de Ita- lia, España, que se lamentaban haber presenciado un robo tan grande. —¿A qué obedeció? Es parte de un localismo o es una mafia del boxeo. —Yo diría que, no sé si mafia, pero había un localismo ya muy fanático. Ellos saben que no ganaron, lo que pasa es que quisieron cometer el robo porque era lo único que tenían mejor en la isla. No había nadie más. No podían permitir que un desconocido, les ganara. Y le di una verdadera paliza al campeón. Esa noche yo estaba inspirado, me salían todas, para mí era como pegarle a una bolsa de tan lento que estaba ese hombre, o yo estaba muy veloz. El asunto es que lo dejé muy mal trecho. —¿Cuántos años tenía? —Tenía 26 años. —De haber sido el ganador ¿qué cosas habrían cambiado en su vida? —Bueno, cambia todo. Cambia todo porque iba a ganar mucho más dinero por cada pelea que hiciera. Cambia la modalidad. En fin mu- chas cosas cambian. —Y después vino Japón. —Sí, al año siguiente pero ahí fueron más disimulados. Sabe qué pasa que tuve también la mala suerte que yo no pude pagar un sparring para llevarlo a Japón y tuve que trabajar con lo que ellos me ponían. Noqueé a 5 sparrings. El campeón sabía que no tenía que ponerse al al- cance de mi derecha y cuando comienza la pelea busco distancia. No pararon las piernas de él, tenía unas piernas excepcionales, veloces, ági- les. De ese modo logró eludirme. Y después ocurrió lo del último round, cuando me empuja. Estaba todo planeado, me empuja y el árbi- tro me cuenta. Yo protesto pero habrá dicho “me estará felicitando”. —En japonés... bueno pero se dio el gusto de ser la tapa de El Gráfico. —Sí, me hubiese gustado que digan “Echegaray campeón”. —Y la vuelta a San Juan… ¿Lo recibieron como un verdadero cam- peón? —Sí, como un campeón, contentos de lo que yo había hecho arriba del

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