QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO I
189 Qué hiciste con tu vida —De pronto empieza el boxeo. —Sí. Justamente cuando nos cambiamos a calle Colón ya tenía 14 años. Un día llega un amigo, a la barrita que había en la esquina y dice “che, han puesto un club allá en la calle Coll, un club de boxeo, ¿quién quiere ir a verlo?”. “Vamos” le dije. Fuimos y era algo tan hu- milde, tan humilde que me impactó. Entrenaban los chicos ahí, feno- menal, me gustó verlo. Ahí me di cuenta de que estaba viendo el deporte que yo quería, “esto es lo mío” me dije. Ese día fui a mirar y al otro día comencé a entrenar. Y tuve la suerte de encontrarme con amigos ahí que me enseñaron y había tres que estuvieron conmigo. Ellos se turnaban, no sé si para pegarme o enseñarme, yo creo que para pegarme. Víctor Ante fue uno que, gracias a Dios, lo veo muy se- guido, lo voy a saludar porque lo aprecio mucho. Después está Enri- que Barrionuevo, que está un poquito enfermo y Eduardo Atampiz. Esos eran los tres que siempre estaban enseñando, se turnaban para guantear conmigo. —¿El boxeo qué es, condición natural o un boxeador se va ha- ciendo? —Pienso que tiene que gustarle, por supuesto, y se va haciendo lenta- mente. —O sea que un boxeador callejero que no sepa técnica con un boxe- ador de verdad va a perder siempre. —Sí, por lo general sí. No saben cubrirse, no saben pararse, no saben ● Los datos son contundentes. Subió casi un centenar de veces como profesional a un ring. Triunfó en 66 oportunidades, 30 de ellas por KO, empató en 15 y perdió en 17.
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