QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO I
168 Juan Carlos Bataller —No sé hasta dónde podés confesar. —Dijo un paleontólogo amigo de Estados Unidos que en algún mo- mento lo llamaron para que se dedicara a la política y dijo “no, no me dedicaría a nada que investigue sobre mi pasado”. —Pero, tuviste un primer matrimonio y tres hijos ¿después que pasó? —Nos divorciamos y al cabo de un tiempo me casé de nuevo. De al- guna manera soy bastante familiero, aunque paso mucho tiempo afuera y eso no es bueno para los matrimonios, sobre todo en esa época en que yo salía mucho al campo. Las campañas eran de 45, 50 y 60 días cada año. Me volví a casar, tuve tres hijos más, seis hijos en total. También me divorcié de esa mujer y de esto ya han pasado un montón de años. Ahora vivo en pareja con una mujer con la que nos llevamos muy bien y la pasamos muy bien. —¿Los hijos ya son grandes? —Los hijos son grandes y bien, todo bien. —¿Siempre viviste en San Juan? —Sí, he viajado mucho, cosa que ya no me atrae demasiado salvo ir a un lugar de playa, tranquilo. Ya me dan picazón los aeropuertos y todo ese tema. Además, salvo esa vez cuando quise estudiar… De jó- venes a todos nos da en algún momento el decir “che, lo lindo de la felicidad está allá afuera”, después te das cuenta de que en realidad sos vos el que la va a tener en cualquier lado. Y yo realmente quiero mucho a San Juan. Siempre repito la frase de mi viejo “donde está la cal de los huesos”. Sinceramente a San Juan lo quiero muchísimo. Uno podría criticarle algunas cosas pero acá yo me siento en casa. Ahora estuve un mes y pico en un viaje en Europa por cosas que tenía que hacer de trabajo y un poco de placer y ya estaba deseando volver a mí casa, estar en mi lugar. ¿Quién pone el dinero? —¿Quién banca las investigaciones de un antropólogo?
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