QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO I

140 Juan Carlos Bataller —Como en todo hay que pagar un derecho de piso. Esta gente tiene sus costos, sus números, pagan grandes alquileres; señoritas que ha- blan dos, tres o cinco idiomas; contadores que te reciben cheques de China, Japón; otros que te instalan obras. Es todo un tema, todo un ar- mado. Cuando toman una obra saben que cuesta cero pesos y tienen que darle valor. Esto se logra con un gran trabajo, con catálogos, con revistas, no es fácil para un galerista. Cuando vieron que yo tenía cierto talento me tomaron. —¿Te pagaban bien? —Me pagaban como doce veces lo que yo ganaba por mes en el Obra- dor Central. A mí me servía pero son contratos leoninos y uno tiene que estar armado legalmente. Eso pasa cuando uno se inicia pero hoy estoy muy conforme y contento con las decisiones que tomé. Hoy la carrera la manejo yo, las galerías a veces te llaman y te proponen y uno va decidiendo. La religión y los milagros —Fíjate que por el relato tuyo hay momentos claves que pasaron en tu vida que ni siquiera los esperabas. Hay personas que fueron cla- ves como Marcela Corte en su momento, el viaje a Buenos Aires, abrir el taller y que vengan a comprarte el cuadro cuando más lo ne- cesitabas ¿Por qué se producen esas cosas? —Es mi gran pregunta. Yo tengo una visión que puede ser fatalista. Creo que esto es como si tuviéramos unas antenas energéticas y soy muy creyente. —¿Sos religioso? —Soy Católico Apostólico Romano. Voy a misa. Es más, en una época pinte la iglesia de Villa Krause, la de Fátima, la del Espíritu Santo en la Villa América. Con un mural en la Villa América pude pagar mi fiesta de casamiento y un viajecito. Cuando yo era niño mi padre iba a la iglesia y me llevaba, en mí siempre hubo fe y una gran fuerza. —¿Cómo imaginás esas fuerzas?

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