El Nuevo Diario -Edición- 1914

15 Viernes 29 de mayo de 2020 “ (A mi papá) le dije en palabras textuales: “Si vos volvés a Argentina, yo me quedo acá y si vos te quedás, yo me voy. Te quiero en la otra parte del mundo. ” “ Fui a jugar Roland Garros Junior, 10 partidos y esos 10 días almorcé un tomate porque no teníamos la parte monetaria. Así y todo llegué a cuartos de final. ” es que jugué poquísimo, hicimos mucho esfuerzo para llegar donde lle- gué y duró muy poco. Duró un año y medio. Llegué a ser 150 del mundo, 8 del mundo sub-18 y un segundo duro eso. Yo entraba a la cancha y lloraba. -¿Por qué? -Sentía mucha presión. En la camada de jugadores que me tocó estaban Pérez Roldan, Mercedes Paz, era im- presionante. Era mucho esfuerzo eco- nómico, mucho esfuerzo físico. Acá no había dónde entrenar. Así que tuve que ir a Chile, ganar todo en Chile. Ir a Miami y ganar todo en Miami y des- pués ir recién a Europa por mis pro- pios medios. Fui a jugar Roland Garros Junior, 10 partidos y esos 10 días almorcé un tomate porque no te- níamos la parte monetaria. Así y todo entré al cuadro principal y llegué a cuartos de final. Hubo mucho sacrifi- cio. -Sentir esa presión que tu viejo se está fundiendo para poder mante- nerte, no es fácil. -No, para nada. Mi papá vendió casa, auto… y yo entraba a la cancha pen- sado “si no gano este…”. Es tre- mendo. ¿Cómo fue la relación con tu papá cuando le dijiste con 19 años que te retirabas? -Drama total. Estuvimos mucho tiempo sin hablarnos. Yo me quedé en Italia y le dije en palabras textua- les: “Si vos volvés a Argentina, yo me quedo acá y si vos te quedás, yo me voy. Te quiero en la otra parte del mundo”. Ahora está todo bien. Tengo un papá que antes era entrenador. Creo, en mi humilde opinión, que él en algún momento tendría que ha- berme dejado con un entrenador que entendiera mi carácter y mis necesi- dades. Yo quería a mi familia, extra- ñaba muchísimo mi familia. Cuando estuve ese año en Miami lloraba todos los días. Así no podes jugar. -¿Eso crees que forjo tu personali- dad, tu vida? -Te marca, en lo bueno y en lo malo. Yo ahora tengo una hija de 20 años y los últimos seis años no la entendí. Yo estuve “trabajando” desde que tenía 9 años, desde que tomé la raqueta. A las 7 me levantaba a entrenar para poder ir al colegio y con una disci- plina…. Eso es lo que trato de incul- car a los chicos de la escuelita. Me gusta formar esas personitas, pero veo que los papas se alteran y donde tenés que disfrutar, maltratan. Eso, la verdad, me pone loca. -¿Cuánto duró la pelea con tu papá? -Más cinco años. Empecé a odiar el tenis, porque me dio mucho sufri- miento. Con el tiempo me di cuenta que eso lo podía aprovechar en expe- riencia. Cuando tuve mi hija en Italia, dejé de enseñar, pero como esa he- rida mejoró, ahora tengo la misma pasión y el mismo amor del primer día. -¿Cómo fue la reconciliación con tu padre? -Muy de a poco. Él se dio cuenta del daño y lo hablamos. Mi papá es muy estricto, muy correcto, pero también le di las gracias porque quedándome sola en Europa o viajando sola desde los 9 años -él me ponía en el micro y me iba a jugar a Mendoza o Chile con la raqueta y el bolso-, crecí con eso de tener mucho cuidado. Estar en la calle te da un sexto sentido y le doy las gracias por la disciplina que me enseñó. Se equivocó en todo, pero la base estaba perfecta. Estoy feliz de haber tenido un papá así, lo único que quizás podría haber mejorado es dejarme a un entrenador que supiera más técnicamente. Alguien más ca- pacitado y no tu papá. ¿Vos enfrentaste a varias top en ese momento? -Sí, jugué con Mónica Seles, Con- chita Martínez, Florencia Labat... Gané el Rio de la Plata saliendo de qualy en Buenos Aires, que es el Ar- gentina Open hoy. Y Sabatini perdió en cuartos, creo. Nunca jugué con Sabatini, por suerte, porque era puro talento. -¿Creés que por tu calidad y tu ca- beza podrías haberte mantenido en los 100? -Por mi voluntad, por mi garra y por cómo me gustaba, sí. Lo que quiero decir es que con constancia llegabas y estabas. Es un deporte muy difícil, muy solicitado, siempre sola, siempre viajando todo el año, era muy difícil.