La Pericana -Edición 258- del 10-07-2021
9 Sábado 10 de julio de 2021 s PASA A PÁGINA SIGUIENTE Kate fue quien lo ayudó en su adicción al alcohol. Incluso se dice que debió soportar hechos de violencia cuando él, totalmente agobiado por la bebida, le levantaba la mano para luego pedirle perdón. ban y a los buenos modos de su esposa Louise, con quien estaba casado desde 1923. lll A mediados del siglo XX, Kate se mane- jaba como una mujer de avanzada, con transgresiones y libertades que el gé- nero femenino conquistaría bastante tiempo después. Será por eso que su caracterización de Tess Harding fue tan precisa. La mujer del año era un perso- naje a su medida. Impune. Se dice que los ataques de furia eran comunes cuando no estaba de acuerdo con al- guna marcación. Entre las leyendas de corrillos trascendió una fuerte discusión con Joseph Mankiewicz, a quien ter- minó escupiendo. Cuando le tocó rodar “María Estuardo” (Kate fue una gran intérprete de clásicos, además de personajes livianos y taquilleros), John Ford no la toleró más y salió corriendo del set obligándola a que continúe diri- giendo ella, cosa que, desde ya, no su- cedió. Tal era su temple que, ya transitando la vejez, se animaba a nadar en las aguas del Long Island en pleno invierno o tomar whisky con soda, su infusión favorita. lll Estas rebeldías de carácter estaban fo- mentadas desde su más tierna infancia por su padre urólogo y su madre sufra- gista. Sin embargo, y a pesar de su in- tolerancia, Kate tenía los pies sobre la tierra y confesó, más de una vez, que no iba tener hijos porque sería “inso- portable como madre”. Un señor casado Spencer Tracy jamás se separó de su mujer legal. Curiosamente, la rebelde Kate aceptó esta irregular situación. Lo cual habla del enorme amor que sentía por él. Ella, que hacía y deshacía a su modo, no pudo imponer sus condicio- nes. Así eran las cosas y Kate no que- ría perderlo. Aceptó las reglas de juego como estaban dadas. No fue fácil llevar adelante una vida de pareja cuando él tenía compromisos formales . Ella su- frió estas circunstancias con mucho dolor y entrega. Él jamás tuvo un doble mensaje y puso desde el pri- mer día las cartas sobre la mesa. lll Su vida no resultó fácil. El actor pade- cía una fuerte adicción al alcohol. Se dice que la discapacidad auditiva de su hijo era un dolor que no pudo superar jamás y lo condujo al olvido esporádico que solo da la bebida. Un problema para “superar” otro. Para su mujer tampoco fue sencilla la relación, tuvo que aceptar los romances de su marido con chicas con ganas de ascender. Y, sobre todo, la relación for- malizada, a las sombras, con una con- sagrada e inteligente Kate. Pero las aceptó para no perderlo o para no cau- sarles un dolor mayor a los dos hijos del matrimonio. Dos mujeres y un hombre. Dos relacio- nes con códigos propios. Sin interferen- cias una con la otra. Cada cual encontró su modo de llevar adelante su vida y de perder lo menos posi- ble. Spencer Tracy y su esposa Louise Treadwell asis- tiendo a una pre- miere el 25 de noviembre de 1936, en Los Angeles
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