La Pericana -Edición 258- del 10-07-2021

Sábado 10 de julio de 2021 s s 3 EL TRÁGICO FINAL DE LOS TRILLIZOS... Bobby Shafran, Eddy Galland y David Ke- llman habían sido dado en adopción a tres familias distintas por la agencia Louise Wise Services, la más presti- giosa entre la colectivi- dad judía neoyorquina. años. Así comienza el aclamado docu- mental Three identical Strangers ( Tres extraños idénticos ), de Tim Wardle, que debutó en Sundance en 2018 con un Premio Especial del Jurado –y un pú- blico conmovido, que lloraba en las salas y abrazaba a los protagonistas–, y que Netflix estrenó a fines de junio. l l l Conocerse cambió todo por completo, dice Shafran. “Sus ojos eran mis ojos, los míos eran los suyos”. Era, dicen los testigos, como si el mundo hubiera desaparecido para ellos, como si estu- vieran viendo en el espejo. Pero su his- toria, que publicaron todos los medios locales, estaba a punto de pasar de sor- prendente a absolutamente extraordina- ria. l l l En un suburbio de Nueva York, David Kellman se enteró por su mejor amigo: su abuela había visto la foto de dos chicos separados al nacer que se habían reencontrado de ca- sualidad en la universidad de Sulli- van, eran iguales a él. Cuando volvió a su casa, su madre lo esperaba con la nota en la mano. Llamaron en ese mismo momento al diario y consiguieron el teléfono de Eddy. “Hola –dijo–. Me llamo David, nací el 12 de julio de 1961 y creo que hay otros dos como yo”. l l l Bobby Shafran, Eddy Galland y David Kellman habían sido dado en adopción a tres familias distintas por la agencia Louise Wise Services, la más presti- giosa entre la colectividad judía neoyor- quina. Solo los padres adoptivos de los trillizos cuestionaron lo que había ocu- rrido en medio de la alegría del reen- cuentro; nadie nunca les había dicho que sus hijos tenían hermanos. Cuando exigieron respuestas a la agencia, les dijeron que los bebés habían sido se- parados por su bien, ya que conside- raron que era demasiado difícil que alguien quisiera adoptarlos a todos. l l l Y entonces cualquier reproche quedó opacado por el milagro de ver a los tres juntos. La primera vez que se encontra- ron eran “como cachorritos jugando”. Se movían igual, comparaban gestos y gustos para descubrirse asombrosa- mente parecidos: fumaban Marlboro, amaban la lucha libre y la comida china, les atraían las chicas un poco más grandes, cruzaban las piernas de la misma manera , hasta tenían, cada uno, una hermana adoptiva de la misma edad, 20 años. Las coinciden- cias no paraban de sucederse. “Todo era nuevo, todo era celebración. Nos sentíamos como niños, porque no habíamos tenido una infancia jun- tos”, dice David. l l l Y entonces, esos tres chicos idénticos que al mismo tiempo habían crecido como extraños, se convirtieron en el fenómeno del momento . Aparecieron en las tapas de las revistas Time y Peo- ple , en las de todos los diarios del Robert Shafran tenía 19 años cuando en su primer día de universidad lo con- fundieron con otro estudiante llamado Eddy Galland, curioso por conocer a esta persona tan parecida a él, decidió aceptar ser presentados.

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