La Pericana

Viernes 13 de septiembre de 2019 I) Desde el año 2015 se ha desa- tado una indisimulable persecución política contra el fiscal general de la provincia de Jujuy, Dr. Alejandro Fico- seco. II) Que ello fue contemporáneo con la “colonización” del Tribunal Supe- rior de Justicia con el aumento de sus miembros de 5 a 9 integrantes, previa ley votada por 2 nuevos diputados ofi- cialistas que, inmediatamente después, asumieron cargos en la Corte. III) Que el primer juicio político inven- tado contra el fiscal general fue fir- mado por el Dr. Raúl Colqui, militante y funcionario oficialista, respondiendo, según quedó claro para nosotros, a indi- caciones de un sector político y sus per- soneros en la Justicia jujeña. Archivado ese espanto de pseudo pieza jurídica y sin solución de conti- nuidad una, también militante y funcio- naria oficialista, “fabrica” nuevo juicio político, repitiendo causas, inventando otras, juicio que tomó estado parlamen- tario, podría decirse, por sus particulari- dades, con “nocturnidad y escala- miento”. Que en clara muestra de desproliji- dad y desprecio por las instituciones y remarcando el mismo origen, en el segundo pedido de juicio político se in- troduce ofrecimiento de prueba copiado del primero, pero tendiente a probar una causal no traída en este nuevo. Un es- cándalo, la confesión de una burda es- trategia. Que resulta, como mínimo, gracioso que, a pesar de tan categórica reali- dad, debamos ver y escuchar a perso- najes, vinculados a los hechos, dando clases de republicanismo, de divi- sión de poderes, peor aún, justificando sus atropellos en decisiones de una Jus- ticia que prostituyeron hasta el escán- dalo. Después se preguntan, o nos pregun- tamos, la razón por la que la gente no cree en la Justicia, la respuesta es simple, porque la gente no es tonta. Sencillito. s s s s s s s Alejandro Ficoseco, Fiscal Ge- neral de la provincia de Jujuy Escribe Gustavo Ruckschloss La Academia Argentina de Letras en palabras L os chinos dan a la palabra crisis dos significados: el de peligro y el de opor- tunidad. significados que se traducen como un tiempo de alarma, pero también de nuevas oportunidades. Que sean para bien o no, eso ya depende de nosotros. También dicen que San Martín opinaba que, para los grandes hechos, hacen falta gran- des personas. Nadie ignora que estamos en un momento de crisis. Y, por si fuera poco, diría que de crisis integral; es decir que hoy no tenemos a qué echar mano para tener una espe- ranza. Antes podrían haber hablado de re- servas morales; hoy, no. O de potencialidad de nuestra naturaleza; hoy, tampoco, porque además de estar descuidada, maltratada, pero, sobre todo, sin haberle sumado nues- tro quehacer de años, más que para esquil- marla. También solían decir que el tiempo y la justicia harían el resto. Hoy, aquí, no hay justicia y tiempo casi no nos queda. Entonces, o comenzamos a caminar esos trechos que nos separan de aquellos dichos, o nos comerá el león. Y para que ese trecho suene corto, hacen falta los grandes hom- bres que pedía San Martín. Hombres para épocas de crisis. Pero hombres que no se encuentran mi- rando hacia arriba, sino buscándolos hacia los costados, entre nuestros pares, entre no- sotros, entre usted o yo. Porque hoy, gracias a los de arriba, nadie cree más que en los de abajo, Hagamos que nos creamos todos los días los unos a los otros. Con nuestra conducta, con nuestro esfuerzo y sobre todo con la ho- nestidad que nos puedan haber dejado. Se supone que, por fuerza, algún día la presen- cia de nuestros hechos y nuestra conducta obligarán a los que dirigen a hacerlo bien. A los que tienen autoridad a asumirle. A los que juzgan, a impartir justicia y no a otra cosa. A los que educan, a educar. A los que curan, a sanar. En fin, a conseguir todas esas cosas que no conseguimos. Porque aquí, laburar y creer en el de al lado, es anormal. Tratemos de crecer sin mirar para arriba, pero si para ade- lante. Porque hacia el horizonte todos tene- mos la misma estatura, somos iguales y no podemos hacemos notar más que con resul- tados Aunque peque de idealista, quiero creer en nosotros, los pares, que no brillamos de cuando en cuando, sino que todos los días somos grises artesanos de nuestras familias. Estoy cansado de iluminados que alumbran mal. Me gustaría que encontráramos las cosas con las velas de nuestras convicciones, sin encandilarnos por los que manejan reflecto- res ajenos. Quiero creer en nosotros; es lo único que nos queda. Que tengamos Ja ca- pacidad y coraje de obligar, desde abajo, a que el sainete termine. Y que comience la verdadera obra de arte. Esas que se consi- guen con gran ingenio, pero también con mucha transpiración. L a institución que hoy es la Academia Argentina de Le- tras con sede en Buenos Aires, fue creada por decreto del presidente provisional de la Argen- tina, general José Félix Uriburu, y su ministro de Justicia e Instrucción Pública, don Guillermo Rothe, el 13 de agosto de 1931. Contó con varios intentos previos para formar una corporación que se preocupara por el cuidado de la lengua y protegiera el patrimonio cultural del idioma; esfuerzos que datan de 1870 y que se cristaliza- ron en el año 1931. Las funciones de la Academia Ar- gentina de Letras, según su acta constitutiva, son las siguientes: a- Dar unidad y expresión al estu- dio de la lengua y de las produccio- nes nacionales para conservar y acrecentar el tesoro del idioma y las formas vivientes de nuestra cul- tura. b- Entender en todo lo referente a creación, discernimiento y regla- mentación de los premios literarios instituidos o a instituirse por la Ar- gentina. c- Estimular las formas de elevar, en sus múltiples aspectos, el con- cepto del Teatro Nacional, como im- portante factor en la educación y cultura populares. d- Velar por la corrección y pureza del idioma, interviniendo por sí o asesorando a todas las reparticio- nes nacionales, provinciales o parti- culares que lo soliciten. ¿Por qué Academia argentina de Letras y no «de la lengua», como las Academias hermanas? Se pone un acento evidente en la literatura junto al cuidadoso estudio del idioma y la importancia que se le dará al valor social de los escritores. Al elegir «de Letras» para la deno- minación de la Academia, se integra tanto el idioma como la filología y la lingüística, y también las obras his- tóricas y sociológicas, consideradas desde el punto de vista de la forma. En el año 1940 se elige como em- blema de la Academia una columna jónica, y el lema que la acompaña es Recta Sustenta . Jujuy y el discurso republicano temas de la justicia Escribe Eduardo Quattropani* 7 algo de alguien el poder de las palabras Aída Elisa González de Ortiz Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. (*) Fiscal General de la Corte de Justicia Ex Presidente del Consejo de Procuradores, Fiscales, Defensores y Asesores Generales de la República Argentina Ex Presidente del Consejo Federal de Política Criminal de los Ministerios Públicos de la República Argentina Ex Presidente del Foro de Abogados de la Pcia. de San Juan No arriba, sino adelante

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